Seis chistes malos, seisSigfrido del Alce La confesión - (voz femenina) Padre,
perdóneme porque he pecado. - Dime, hija, cuáles son
tus pecados? - Padre, el demonio de la
tentación se apoderó de mí, pobre pecadora. - ¿Cómo es eso, hija? - Es que cuando hablo con
un hombre tengo sensaciones en el cuerpo que no sé como describirlas... - Hija, por favor, que
también soy un hombre... - Sí, padre, por eso vine
a confesarme con usted. - Bueno hija, y cómo son
esas sensaciones? - No sé cómo explicarlas,
por ejemplo, ahora mi cuerpo se rebela a estar de rodillas y necesito ponerme más
cómoda. - ¿En serio? - Sí, quiero relajarme y
quedarme tendida... - Hija, ¿tendida cómo? - De espaldas al piso,
hasta que se me pase la tensión... - Y ¿qué más? - Es como que tengo un
sufrimiento que no le encuentro acomodo. - Y ¿qué más? - Como que espero un poco
de calor que me alivie... - ¿Calor? - Calor, padre, calor
humano, que lleve alivio a mi padecer... - Y ¿cómo de frecuente es
esa tentación? - Permanente, padre, por
ejemplo, ahora me imagino que sus manos sobre mi piel me darían mucho alivio... - ¡Hija! - Sí, padre, perdóneme,
pero me urge que alguien fuerte me estruje entre sus brazos y me dé el alivio que
necesito... - ¿Por ejemplo yo? - Por ejemplo, usted es la
clase de hombre que imagino me puede aliviar. - Perdóname, hija mía,
pero necesito saber tu edad... - 74 años, padre. - Hija, ve en paz, que lo tuyo es reumatismo... El Juez Garzón Está el juez Garzón, en la soledad y
silencio de su despacho de - Chisssss, chissssss. Garzón levanta la vista de las cuartillas, pero no puede ver a nadie. Está solo. Al cabo de unos segundos, se repite el sonido. - Chisssss, chissssss. Perplejo, vuelve a extender la vista por todo el despacho; nada, nadie... Una tercera vez, se repite el fenómeno: - Chisssss, chissssss. Se levanta de la silla dispuesto a lavarse la cara y entonces se percata de que el Cristo del crucifijo que preside su despacho ha soltado una mano y le hace gestos para que se acerque. Garzón, perplejo, se pone frente a él y le oye decir: - ¿Y de lo mío, qué?,
¿Cuándo procesamos a Pilatos? Uno de borrachines Estaba un borracho caminando tranquilamente por la calle cuando se encuentra un muerto tirado junto a una cabina telefónica y decide llamar a la policía: - Buenas noches, usted está hablando con la comisaría de policía, ¿cuál es su problema? - He encontrado un muerto -dice el borracho. - Está seguro de que está muerto. - Sí, señor, estoy seguro. - Muy bien, en qué calle se encuentra. - Espéreme, le vuelvo a llamar ahorita. Entonces el borracho se dirige a ver el nombre de la calle y apresurado regresa al teléfono y vuelve a marcar. - Buenas noches, usted está hablando con la comisaría de policía, ¿cuál es su problema? - Soy el del muerto. - Ah sí señor, ¿cuál es
la calle? - Es... a ver, déjeme
volver a ir a ver. Vuelve a ir a ver el nombre de la calle y esta vez lo va repitiendo en su mente. - Buenas noches, usted
está hablando con la comisaría de policía, ¿cuál es su problema? - Ah sí, usted, ¿cómo se
llama la calle? - Ah, es... otra vez se me
olvidó. Va varias veces y siempre a la hora de marcar se le olvida el nombre de la calle, hasta que después de diez veces: - Buenas noches, usted
está hablando con la comisaría de policía, ¿cuál es su problema? - Ah otra vez usted,
señor, ahora dígame de una vez cómo se llama la calle. - Libertad. - Pero ¿por que no lo dijo
antes, si no está tan difícil? - ¡Es que el nombre de la
otra era tan difícil que mejor moví al muerto! La maestra le dice a Jaimito: - Dime un ejemplo de una acción justa pero que sea incorrecta. Jaimito responde: - Te metes el dedo índice en la nariz, te queda justo, pero es incorrecto. Un tipo algo ingenuo, que llevaba meses viajando para atender a sus clientes, volvió a su hogar y descubrió sorprendido que tenía un hijo negro. Debido a que él era totalmente blanco, al igual que su esposa, le pregunta a ella: - Pero ¿cómo es posible que tengamos un hijo negro si yo soy blanco y tu también? La esposa, muy tranquila responde: - Como no tenia leche tuve que buscarme un ama de cría para que amamantara al niño y como ella era negra, el niño se puso de ese color... El hombre, no muy convencido, decidió ir a consultarlo con su madre, a quien le contó la historia. La madre le dijo: - ¡¡¡Claro que puede ser!!! Tú mismo eres un ejemplo. - ¿Yoooo? - Sí. Fíjate, desde pequeño, desde que naciste, tuve una enfermedad que me impedía amamantarte y entonces te di leche de vaca y mira... ¡qué lindos cuernos te están saliendo... Un bandolero se había especializado en cruzar el Río Grande de vez en cuando y robar bancos en Texas. Finalmente, se ofreció una recompensa por su captura, y un Texas Ranger emprendedor decidió rastrearlo y atravesar la frontera. Después de una búsqueda larga, encontró al bandolero en una cantina. Se colocó silenciosamente detrás del bandolero, le apuntó con su revolver a la cabeza, y dijo: - Usted está bajo arresto. Dígame donde escondió el botín o le vuelo la tapa de los sesos. Pero el bandolero no hablaba inglés y el Texas Ranger no hablaba castellano. Afortunadamente, un abogado bilingüe estaba en la taberna y tradujo el mensaje del Ranger. El aterrado bandolero le contestó que el botín estaba enterrado bajo el árbol de roble detrás de la cantina. - ¿Qué dijo? -le preguntó el Ranger. El abogado contestó: - Dijo: Vete al infierno, Gringo. No eres lo suficiente hombre para dispararme. Volver al principio |
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