Jesús Miguel Sáez González. Crítico de cine
miguelescine@hotmail.com
LOS ABRAZOS
ROTOS de Pedro Almodóvar
La vida como tensión entre el placer y
el dolor, bascula entre dos puntos, así los impulsos hacen mover los cuerpos de un lado
hacia otro hasta la autodestrucción, adoptando tantas direcciones de dentro hacia fuera,
o lo contrario, como un ejercicio físico que es la pasión y su eterno contorsionamiento,
casi brutal, en su comienzo (Mateo y Lena) también fantasmagórico, entre sabanas, ya en
la muerte del hecho amoroso (Ernesto y Lena), sin alejarse de la consustancialidad que
provocan los cincos sentidos.
A la pasión intempestiva del ayer le
sucede el hoy, las cenizas aún latentes de la tragedia que se implican en un mesurado
deseo de encuentro paterno filial (Mateo o su seudónimo sobreviviente Harry Kane o un
zombie, cuya identidad sólo permanece junto a Lena tras su muerte, y la relación
profesional, también emotiva que mantiene con Diego hijo de Judit; asistenta de
producción), explosionado por Ray X (Hijo de Ernesto) y su venganza, para confluir
íntimamente en un ejercicio de memoria que responda a tantas oscuridades acaecidas en
aquel tiempo, aunque éstas actúen como confesiones motoras (incluyendo la voz en off de
Mateo), que son aún tantos y pronunciados relatos, alumbrados desde tantas perspectivas
como personajes sobrevivientes son hoy (salvo los muertos rememorados, Lena y el reciente
fallecimiento de Ernesto) que tienden a trasformarse, evolucionar y expandirse hasta
constituirse como emociones barrocas, pues los acontecimientos transitan intrínsecamente
en tres tiempos abstractos fuera del tiempo (se inician en 1992 con el encuentro de
Ernesto y Lena, siguen en 1994 Lena y Ernesto ya unidos y el encuentro de esta con el
director Mateo y inicio de una nueva relación amorosa hasta convertirse en musa e
inspiradora cinematográfica y la posterior tragedia, para finalizar en 2008), que además
tienden a ser metáfora sociológica de nuestro país. Toda una degradación enferma que
habita en este melodrama, cuyo halo enfermizo sin recelo toma cuerpo de un desatado Film
Noir.
El cine dentro del cine se activa como un
juego de espejos hábilmente montado, cuya representación surge del diálogo verídico
entre diferentes niveles de ficción más bien imprevisibles (provocadas por las
máscaras) y de realidad que trascienden cual imágenes (Mateo rueda con Lena la comedia
Chicas y Maletas, de esta idea surge en pleno rodaje el corto La concejala antropófaga
emitido como complemento independiente por televisión, el documental que rueda Ray X
sobre Mateo y Lena) hasta dialogar como posibilidades dentro de un corpus, alentado por la
emoción que acompaña una manera de aproximarse a la vida que nunca perece, sino que
permanece, ya sea como arte que procede de la mirada analítica del creador y su proceso,
que se implica partiendo de las influencias ajenas que se asimilan (Lena y Mateo ven por
televisión Te querré siempre de Rossellini) o las propias (el propio universo de
Almodóvar puesto como dialéctica discursiva desmitificadora), aunque sometidas a ligeras
variaciones que adoptan nuevos significados tras un proceso de deconstrucción para
volverse a construir como reconocibles, cual vasos comunicantes que proceden del hecho
mismo de lo literario (influencia del Amour Fou francés sin desmerecer el folletín), sin
renunciar en absoluto a lo que se constituye como teatralidad dentro de un espacio
cerrado, cuya puesta en escena tiende a trascender gracias a que sus elementos no sólo
artísticos o escenográficos (la banda sonora / objetos, cuadros, vestuario) también
narrativos (Ernesto necesita que alguien descifre lo que hablan Lena y Mateo para
descubrir la infidelidad / Mateo cuyas identidades son infinitas, en el presente, necesita
en su ceguera, tras el accidente, los ojos pero también los oídos, bien de los otros o
de la dependencia de las máquinas) adquieren en sí mismos un valor dentro de la
historia, que tenderá a liberarse gracias a los sutiles planos y sus correspondientes y
procelosos movimientos de cámara, suficientemente iluminados marcando el tono
oscurantista del propio melodrama, en contraposición de lo cómico filmado (cuyos
diálogos y situaciones surgen como una Screwball Comedy), sabiendo perfectamente tener en
cuenta a unos personajes impulsivos (títeres), dependientes al mismo tiempo,
extrañamente independientes o autónomos, frágiles y poderosos cuyo recorrido
psicológico atiende a graduales cambios trascendentes, gracias al devenir de los
acontecimientos, que se suscitan como graves rimas o anticipaciones, que pueden definir un
probable destino irrenunciable (las varias muertes de Lena), o por el contrario post
mortem se revitalizan, gracias a la magia que hace posible la eternidad que desea ser
atrapada y que tiende a ser un bálsamo de redención (Lena se dobla así misma mientras
ve sus propias imágenes para confesar a Ernesto su infidelidad / Con sus manos impuestas
en la pantalla, la imágenes grabadas por Ray X, suscitan en Mateo congelar ese momento
del beso de Lena poco antes de su muerte / Mateo montará definitivamente la comedia
Chicas y Maletas como acto de amor y honor a la profesión, que un día Ernesto quiso
quebrar), cuando la pérdida en vida surge con su manto siniestro. Y de esta acotación
última también surge la discusión diferenciadora entre la vida y el cine, entre la
imagen fija (la fotografía como instante atrapado, como base rota fragmentada de la
memoria) y la imagen en movimiento.
Ficha Técnica:
Guión y dirección: Pedro Almodóvar
Fotografía: Rodrigo Prieto
Montaje: José Salcedo
Música: Alberto Iglesias
Interpretes: Penélope Cruz, Luis
Homar, Blanca Portillo, José Luis Gómez, Tamar Novas, Rubén Ochandiano
España 2009
UN CONTE
DE NOËL de Arnaud Desplechin
Si dijéramos que existe un solo corazón
dentro de una trama, podíamos hasta cierto punto confundirnos, pues éste tiende a mutar
en tantas direcciones o pulsiones como árbol genealógico familiar es, desplazando
agitadamente ramas y raíces bajo un extraño hasta posiblemente caótico ritmo disgresivo
(sin dejar de puntear los conflictos centrales), nada reverencial, sino rico en
expresiones novelescas, que rasgan hasta la ruptura una y otra vez las convenciones para
siempre del relato tradicional puesto en cuestionamiento, ya sean representativas,
filosóficas (Nietzche), televisivas, musicales, teatrales (Shakespeare), literarias
(Balzac, Emerson) o subyacentes a la narración (cambios y alteraciones de la voz en off,
confesiones mirando hacia la cámara o utilizando el género epistolar como admisión);
puede que hacia el caos, pero también hacia una extraña; a la vez inquietante
(trágica); recomposición real siempre latente, cual sacudida emocional, al tiempo ruin y
mezquina, basada en la dislocación o deconstrucción, no sólo ya de las formas, sino de
las propias interpretaciones y sus efectos contrapuestos, dispuestos en discusión
dialéctica de contrarios, comprendiendo los cismas de la condición humana (familiar)
hasta la exacerbación amarga, sus vínculos sentimentales diseccionados, los lugares de
pertenencia, las relaciones afectivas entre padres e hijos, hermanos y parejas.
Ficha técnica:
Guión y dirección: Arnaud Desplechin
Fotografía: Eric Gautier
Montaje: Laurence Briaud
Música:
Grégoire Hetzel
Intérpretes:
Catherine Deneuve, Jean Paul Roussillon, Mathieu Amalric, Anne Consigny, Chiara
Mastronianni
Francia,2008
Título es español: Un cuento de Navidad
Un libro que alguien olvidó
José A. Martínez Pons
Sobre
la mesa del funcionario de la Oficina de patentes de Berna había un montón de papeles.
Algunos correspondían a memorias presentadas por aspirantes
a millonario -¿qué inventor no lo es?-. En otros
folios escritos en la diminuta y poco legible
letra del funcionario, se apretujaban
ecuaciones, símbolos y algún esquema gráfico.
Albert,
el probo empleado, tarareaba un fragmento de una partita para violín solo de Juan
Sebastián Bach.
El
día había sido muy pesado. Era hora de irse a casa.
Empezó
a ordenar el pequeño batiburrillo y, entonces, debajo de una memoria en la que por
enésima vez, se pretendía obtener la patente para un perpetuum mobile, apareció un volumen de
bolsillo muy desgastado.
Albert
lo cogió distraídamente, leyó la portada,
Don Quixote von la Mancha, Leben und Taten des scharfsinnigen Edlen Don Quixote von La
Mancha, una edición alemana de la obra del español Miguel de Cervantes.
Levantó
la tapa buscando un nombre, una dirección. Nada en absoluto.
Pasó
algunas hojas del libro. Observó que muchas frases estaban cuidadosamente subrayadas a
lápiz. También eran abundantes las notas al margen o a pie de página, siempre escritas
a lápiz, en una grafía un tanto anticuada y a Albert le pareció que estaban escritas en
español.
Alguien
se lo habría olvidado. En fin, ya volverían a buscarlo.
Albert
se ajustó la corbata, como siempre arrugada y torcida. Se atusó el bigote, pasó los
dedos por su melena rebelde, se enfundó el gabán, se caló el sombrero y salió. Sobre
la mesa de trabajo quedaba el humilde libro de bolsillo.
Herr
Albert se reunió en el café con los amigos de siempre. Hablaron de todo lo divino y lo
humano, pero sobre todo hablaban de física. De Mach y de sus ideas sobre la metafísica y
la física, del experimento de Michelson y Morley, que parecía poner en entredicho la
existencia del éter, de los quanta energéticos de Planck...
Alguien
mencionó la palabra tiempo.
-
¿Qué es el tiempo?
-
Cualquier definición de tiempo implica el propio concepto de tiempo -dijo uno de los
contertulios.
-
Yo estoy con San Agustín -dijo otro-. Si me preguntan si sé lo que es, lo sé, si me
piden que lo explique, no sé explicarlo.
- Lo importante es la simultaneidad.
¿Podríamos sincronizar nuestros relojes y el sincronismo permanecerá por siempre?
¿Cuántos relojes necesitan dos observadores para acordar sus tiempos?
- Uno, por supuesto el tiempo es el mismo
para ambos.
-¿Seguro? Yo creo que son necesarios dos
relojes. La absolutez del tiempo es un axioma que aceptamos, pero ¿es ciertamente así?
Se
fue haciendo tarde y los contertulios se despidieron. Sobre la mesa unas servilletas de
papel en que alguien había garrapateado unos gráficos y una mezcolanza de cifras letras
y símbolos. Incluso herejía para un suizo bien nacido, sobre el mármol de
la mesa había fórmulas y esquemas, que el camarero de largo delantal se apresuró a
fregar hasta recuperar el color impoluto de la piedra.
Al
día siguiente Albert volvió a su trabajo de supervisor, a las aburridas lecturas de
memorias de invenciones, a la revisión de planos.
En
el ángulo de su mesa estaba el libro del día anterior.
Recordaba,
Miguel de Cervantes era un escritor español del siglo XVII. Para Albert España era un
país exótico, no podía pensar que años más tarde se le invitaría a visitarla e
incluso se le ofrecería un puesto de profesor. No recordaba el nombre de ningún físico
ni ningún matemático importante de aquel país y, para ser sinceros, sus referencias no
pasaban del Don Giovanni o le Nozze di Figaro de Mozart y da Ponte.
Aquella
memoria era insoportable. Su autor mejor haría visitando a Sigmund Freud o algunos de sus
seguidores que dedicándose a inventar artilugios inútiles y que, además, no podían
funcionar.
Retomó
el librito y lo abrió al azar.
Leyó
algunos pasajes, sin demasiado orden. En su mente se dibujó el retrato del hidalgo y
también el del escudero, los concibió como dos caras de una misma persona. La
personalidad de Sancho le recordaba a su, al mismo tiempo admirado y denostado, Mach y su
instrumentalismo a ultranza.
¿Ha
visto usted algunos?, era la frase preferida por Mach para negar la existencia de
los átomos, sin embargo, ahí estaba don Quijote viendo hermosura donde todos veían
fealdad, viendo gigantes donde todos veían molinos. ¿No hacía muchas veces esto el
físico? La física, él lo sabía bien, había avanzado porque personajes como Copérnico
o Galileo habían tenido la osadía de negar el sentido común y porque otros habían
sabido poner los pies firmes en el suelo. Entre sus borradores había una explicación dle
movimiento browniano y, sobre todo, una confirmación de las ideas de Planck para explicar
el efecto fotoeléctrico ¿Qué pensaría Mach de los quanta, si no creía en los átomos?
Alberto no había visto un quantum, pero los necesitaba para explicar algo muy real, la
emisión de electrones. Tal vez le escribiera una carta preguntándoselo.
Recordó
la charla de la noche anterior y la idea de tiempo y simultaneidad volvió a rondarle.
(¡Qué raro discutir de tiempo y de relojes en Suiza!)
¿Corre
el tiempo igual para todos? El sentido común decía que sí. La primera experiencia
también, pero ¿era realmente así? ¿Un cronómetro, dos cronómetros?
Allí
seguía el librito, volvió a pasar sus páginas entre sus dedos.
Unos
párrafos estaban subrayados y al margen, en letra muy prieta, su original español.
Relataba
la conversación entre Sancho y don Quijote, cuando éste acababa de salir de la Cueva de
Montesinos; Don Quijote creía que habían transcurrido tres días, Sancho juraba que poco
más de una hora.
Una
vez más la idea que llevaba dándole vueltas en su cabeza. ¿Es el tiempo igual para
todos? ¿Es la simultaneidad algo absoluto? ¿Quién tenía razón, Sancho al hablar de
poco más de una hora o don Quijote al hablar de tres días? No recordaba que el libro
estuviera ilustrado pero cuando volvió la página y miró el libro...
Buenas tardes caballero.
Frente
a él un hombre enjuto, vestido con la parte superior de una armadura bastante
herrumbrosa. Le hablaba en español pero Albert le entendía perfectamente. Como si le
hablara en alemán. Respondió en alemán:
- Buenas tardes ¿Habla usted alemán?
- ¿Alemán?, ¡Ah sí!, Tudesco. Pues no
señor. ¿Acaso sois vos de esta nación?
- En Alemania nací.
La
conversación se desarrollaba de la forma más natural. Ninguno de los dos interlocutores
parecía sorprenderse.
- ¿Cómo se llama Vuestra Merced?
- Albert, Albert Einstein.
- A mi me llaman Alonso Quijano, pero
prefiero ser conocido como Don Quijote de la Mancha, el Caballero de la Triste Figura.
-
¿A qué se dedica?
-
Soy caballero andante, recorro el mundo en busca de un ideal.
-
Un ideal creo que lo buscamos todos.
-
De mi dicen que estoy loco, porque no veo las cosas como ellos.
-
De mi también lo han dicho.
-
Pero para mí que los locos son ellos o, al menos, los ciegos. Mi mundo es el real y
existe, sin embargo ellos lo niegan, hasta niegan que exista yo y ya me veis, hablando con
Vuestra Merced. Las gentes comunes, como mi buen Sancho suelen buscar explicaciones
fáciles a lo que no entienden, y cuando las cosas tienen alguna dificultad les parecen
imposibles, pero andará el tiempo y, cuando yo les cuente algunas cosas de las que allá
abajo he visto, les harán creer las que ya les he contado.
-
Algo parecido me ocurre a mí. También dicen que lo que yo veo no es real y que la
realidad es la que ellos ven y miden, pero, como usted, estoy convencido de que muchas de
las cosas que pienso, y que ahora se tienen por imposibles, dentro de unos años
parecerán lo más natural del mundo. Tampoco hicieron mucho caso a quienes se atrevieron
a contradecir la mecánica de Aristóteles, y tenían razón.
-
Ciertamente lo que explicáis me parece acertado, pero en suma, ¿qué hacéis?
-
Intento comprender el mundo.
-
También yo, y arreglarlo, deshaciendo entuertos con la fuerza de mi brazo.
-
Yo sólo intento explicarlo con la fuerza de mi mente. Mi brazo es débil y justo me sirve
para sostener la pluma o el arco de mi violín.
-
Sois entonces también caballero andante.
-
No, simplemente aspirante a científico.
-¿Científico?
¿Qué habilidad o profesión es esa? ¿Cuál es vuestra ciencia?
-
Soy físico.
-
¡Ah, ya entiendo!, curáis enfermos.
-
No, no, sólo intento encontrar las leyes de la naturaleza.
-
Entonces sois filósofo. Me lo barrunté cuando hablasteis de Aristóteles.
-
En cierto sentido, sí, soy filósofo.
-
Mala cosa los filósofos, no tienen los pies en el suelo.
-
Yo procuro tenerlos. Por eso busco las leyes de la física.
-
¿Buscáis las leyes de la física? ¿Cuáles son estas leyes?
-
Las leyes que rigen el mundo y pienso que la física, la filosofía natural, me las
describirá con la máxima sencillez posible pero ni un gramo más.
-
Entonces seréis como un tal Crisóstomo, cuya historia, bastante desgraciada, me contaron
hace algún tiempo unos pastores. Era hijo de un hijodalgo rico, el cual había sido
estudiante muchos años en Salamanca y había vuelto a su lugar con opinión de muy sabio
y leído. Principalmente decían que sabía la ciencia de las estrellas y de lo que pasa
en el cielo, el sol y la luna y, puntualmente, decía el eclipse del sol y de la luna.
También aconsejaba si convenía sembrar trigo o
cebada o si el año sería estéril o fecundo.
Esa ciencia se llama Astrología.
-
No, hoy sabemos que la Astrología no tiene mucho fundamento y ha devenido en Astronomía
y Astrofísica, que son ciencias cultivadas por más de un colega mío , pero yo quiero
llegar más lejos, quizás busco desvelar la mente de ese ser sutil, pero no malicioso, al
que llamamos Dios.
-
¿No seréis luterano?
-
No, me eduqué en la religión judía.
-
Tampoco me gustan mucho los judíos, yo soy cristiano viejo.
-
Jesucristo, era judío y para vosotros es el Hijo de Dios. ¿Tampoco él os gusta?
-
No había caído en este detalle y a fe que tenéis razón. Además qué más da el color
de la sangre y quién sabe de verdad la sangre que lleva. De mi inventor Don Miguel se ha
dicho que descendía de conversos.
- Y
tantos más habrá, aunque quieran ocultarlo.
- Decís que queréis desvelar la mente de
Dios, pues ya tenéis el camino hecho. Siempre pensé que las Escrituras eran suficientes
para tal menester.
-
Las Escrituras intentan explicar el mundo en su totalidad, el por qué más que el cómo.
Tal vez tenga razón un músico, Gustav Mahler, judío como yo, a quien no creo que usted
conozca, que escrito no ha mucho que el mundo es inexplicable e incluso, si le pidiéramos
al Creador que nos dijera cuál es su plan, es poco probable que pudiera. Yo soy más
modesto, sólo intento comprender y explicar cómo funciona y para ello uso las
matemáticas.
-
Gran cosa son las matemáticas. Sabréis que quienes como yo profesamos la caballería
andante debemos conocerlas, como debemos conocer todas las ciencias. La caballería
andante es una ciencia que encierra en sí todas las demás ciencias del mundo, a causa de
que el que la profesa ha de ser jurisperito y saber las leyes de la justicia, ha de ser
teólogo, ha de ser médico, ha de ser astrólogo, ha de saber las matemáticas, porque a
cada paso se le ofrecerá tener necesidad dellas. Contadme pues por qué estáis aquí y
que problema os preocupa, tal vez yo pueda ayudaros.
Albert
sonrió. ¿Qué podría decirle aquel pobre hombre?
-
Hace un momento estaba reflexionando sobre qué es el tiempo.
-
¿Qué decís, sobre el tiempo? ¿Tengo yo algo que ver en vuestros pensamientos?
-
Sí. Por ejemplo, escuchando la conversación que acaba de tener con su escudero pienso
que ambos podrían tener razón. El tiempo no es igual para todos. El tiempo, como la
longitud depende del sistema de referencia.
-
¿Sistema de qué
?
-
No creo que usted me entienda. Yo creo que lo único que todos los observadores miden
igual es la velocidad de la luz y que las leyes de la física deben ser las mismas para
todos. Ahora es difícil de entender, ni la mayoría de mis colegas lo hacen, ni siquiera
lo intentan, pero, como usted mismo ha dicho, tiempo habrá en que se venga a darme
razón, porque la tengo.
-
Ciertamente que no os entiendo. Eso de las leyes de la física, medir la velocidad de la
luz, me suena muy extraño.
-
Ni yo tampoco me acabo de entender, son ideas que me bullen en la cabeza. La verdad es que
hasta dudo de que la distancia más corta entre dos puntos sea el segmento de recta que
los une.
-
Pues eso es lo que dice el sentido común.
-
También el sentido común dice que los molinos son molinos y para usted son gigantes.
- Paréceme que tenéis razón de nuevo mi
señor don Alberto, pero por más que os escucho no os comprendo, vuestro aspecto, hasta
vuestra forma de vestir me resultan raros. Habláis de leyes de la física,
Sistemas de referencia, Tiempos diferentes, son palabras que no
acierto a ver qué significan. Sin embargo, habláis en tudesco y yo, que justo me viene
con el castellano y un poco de latín, os entiendo, y yo os hablo en castellano y me
entendéis. Yo estoy en el libro y vos estáis fuera y estamos conversando. Por lo que
decís, nos separan siglos y, sin embargo, estamos hablando cual viejos amigos. Cosa muy
raras veo, tan raras como las que vi hace un rato allá abajo, en la cueva de Montesinos.
¿Seguro que sois real, seguro que estamos en el mismo sitio? ¿No seréis un arte de
encantamiento más como los que presencié?
El
libro estaba abierto. No había imagen ninguna. Don Quijote había desaparecido. Albert
estaba en Berna y en los inicios del siglo XX y en su mesa de trabajo, no en un bosque de la
España del siglo XVII, hablando con un personaje novelesco.
Albert
reparó en las anotaciones, había una nueva escrita de su puño y letra
Albert no recordaba haber escrito nada. Levantó la cabeza. Ante él un caballero de edad
indefinida.
-
Ayer dejé olvidado aquí un libro. Sí, es este. Veo que lo ha estado leyendo. ¿Le
gusta?
-
Pues sí, me he resultado muy interesante y también las notas al margen.
-
Pues entonces, quédeselo.
-
No debo, se ve que a este ejemplar usted le
tiene cariño.
- Sí, sí, quédeselo con toda libertad,
yo tengo otras ediciones.
-
¿Y las anotaciones?
-
No se preocupe por ellas, están en mi memoria, ya no me hacen falta.
-
Pues siendo así, me lo quedo, muchas gracias. Por cierto, a quién debo dárselas.
-
No es muy importante.
-
Pero me gustaría saber a quien debo recordar cuando lea el libro.
-
Entonces recuerde, no sé, tal vez a un viejo
soldado español.
El
caballero se alejó y desapareció entre los recovecos de la oficina.
Su
imagen con el brazo izquierdo inmóvil apoyado sobre el pecho también se fue borrando de
los recuerdos de Albert.
Fotografía
20
preguntas sobre Madrid
Fuenteovejuna
Tanto el vecino como el visitante de esta
ciudad se hacen a menudo preguntas sobre los nombres y lugares que encuentran a su paso.
En el recorrido que va a hacer en esta página se intenta responder, de modo simple, a
algunas de esas preguntas que han provocado siempre la curiosidad.
1. ¿Por qué Madrid es la capital de
España?
2. ¿Por qué en el escudo de Madrid están
el oso y el madroño?
3. ¿Por qué es Madrid kilómetro 0 de las
carreteras españolas?
4. ¿Por qué la calle Cádiz de Madrid es
la más "larga" de España?
5. ¿Por qué en Madrid hay puertas pero no
murallas?
6. ¿De dónde proviene el nombre del
Rastro?
7. ¿Por qué San Antonio es el santo
casamentero y qué significan los alfileres?
8. ¿Por qué el nombre de Parque del
Retiro?
9. ¿Por qué hay una Carretera de la Playa
donde no hay playa?
10. ¿Por qué el nombre de El Corte
Inglés?
11. ¿Por qué el nombre de la Casa de
Campo?
12. ¿Por qué en Madrid hay un templo
egipcio?
13. ¿Por qué hay una Casa de Panadería y
una Casa de Carnicería en la Plaza Mayor?
14. ¿Por qué hay siete estrellas en el
escudo de la ciudad?
15. ¿Por qué en Madrid el aperitivo se
acompaña de una "tapa?
16. ¿Por qué se llama Cascorro a Eloy
Gonzalo?
17. ¿Por qué hay estatuas en la Plaza de
Oriente?
18. ¿Por qué San Isidro es patrón de
Madrid?
19. ¿Por qué las dos fachadas de la
Puerta de Alcalá son distintas?
20. .¿Por qué la catedral de Madrid es
muy moderna?
Mantua Carpetanorum Sive Matritum Urbs Regia, descrita por Don
Pedro Texeira, 1656
¿Por qué
Madrid es la capital de España?
Se cuenta que Carlos I dijo a su hijo
Felipe II: Si quieres aumentar tus reinos, pon la Corte en Lisboa; si quieres
conservarlos, déjala en Toledo; y si los quieres perder, trasládala a Madrid.
En 1561 la Corte deja Toledo (afincada
allí desde el reinado anterior) y va a Madrid. No hay constancia de los motivos; parece
que Toledo presentaba dificultades (muchas cuestas, muy fría en invierno y muy calurosa
en verano, mal abastecida de agua en aquel cerro), mientras que Madrid era cruce de
caminos, entre Toledo y Valladolid, con agua abundante y buena, grandes bosques de caza y
situada cerca de El Escorial, lugar muy querido del rey.
La Corte era costosa e incómoda a la
ciudad de Toledo (sólo buena para posaderos y comerciantes), mientras que el pequeño
caserío de Madrid permitía las reformas que exigía la nueva Corte.
Escudo medieval
de Madrid
Estatua actual
del Oso y el Madroño en la Puerta del Sol
¿Por qué en
el escudo de Madrid están el oso y el madroño?
Tal vez hubiera osos antiguamente (según
escribió López de Hoyos en 1572) o bien el estandarte romano que pasó por aquí llevaba
un oso (como los legionarios romanos que pasaron por León tenían este animal en su
emblema), pero el primer emblema de la ciudad (en 1212) ya tenía un oso pastando.
Sin embargo, cuando el rey concede a la
Iglesia los pastos y al Concejo los pies de árboles y la caza (1222), el oso se pone
rampante y se apoya en un árbol abundante en los terrenos circundantes, el madroño.
Mesonero Romanos (en El antiguo
Madrid, 1861) recoge el escudo de armas de la imagen anterior, donde se ve el oso
rampante (tomado de López de Hoyos) y el lema en latín que dice Arbutus atq. Ursus
capit unde Ursaria nomen.
Cerámica
en la acera sur de la Puerta del Sol (muy pisada por los turistas que acuden a hacer la
foto), donde se aprecia el mapa de España con las 6 carreteras radiales
¿Por
qué es Madrid kilómetro 0 de las carreteras españolas?
Hasta el siglo XVIII la red viaria era
pésima; incluso se vadeaban muchos arroyos y ríos, y ante una crecida el viajero tenía
que esperar días.
En ese siglo XVIII se crea el sistema
radial de los Caminos Reales, y en 1720 se eligen 6 itinerarios para las postas del correo
que salían de Madrid (una calle cercana se llama Postas, entre Sol y Plaza Mayor).
Las seis vías eran: 1 (hacia el País
Vasco), 2 (hacia Cataluña), 3 (hacia Valencia), 4 (hacia Andalucía), 5 (hacia
Extremadura) y 6 (hacia Galicia). Su numeración siguió las agujas de un reloj, a partir
de las 12, y se emplearon números romanos .
Estas vías nacen en la Puerta del Sol,
donde en 1950 se pone una señal como Km. 0 en la acera, junto al que entonces era
Ministerio de Gobernación (hoy Presidencia de la Comunidad de Madrid).
Letrero a la
entrada de la calle Cádiz
Esquina de
Barcelona con Cádiz
¿Por qué la
calle Cádiz de Madrid es la más "larga" de España?
En realidad es muy corta y está cerca de la
Puerta del Sol. Sale de la calle Carretas, subiendo a la izquierda, y el humor madrileño
la conoce como "la más larga", porque nace en Cádiz y termina pasada
Barcelona, bocacalle de la de Cádiz.
En la actualidad hasta un restaurante que
hace esquina se aprovecha de ese humor para engrandecer su local diciendo: El más
grande del mundo. Si entras por Cádiz sales por Barcelona (en la foto anterior, a
la derecha y en amarillo). Entre esas dos ciudades de España hay más de mil kilómetros.
Muralla árabe
en la Cuesta de la Vega
¿Por qué en
Madrid hay puertas pero no murallas?
Sí quedan algunas puertas, como la de
Toledo o la de Alcalá, pero sólo hay trozos (como el de la foto) de la muralla árabe en
la Cuesta de la Vega
Madrid tuvo una muralla árabe que
protegía el Alcázar (llamado Mayrit, nombre que se castellanizó como Magerit, situado
donde hoy está el Palacio Real de Oriente) con 3 puertas: Vega, Santa María y Sagra.
Después se amplió la muralla y pasó a tener cinco
puertas: Vega, Moros, Cerrada, Guadalajara y Valnadú. Luego se añaden las murallas del
Arrabal, la de Felipe II y la de Felipe IV.
Hoy quedan en pie las puertas de Alcalá
(1778), de Toledo (1827) y de San Vicente (rehecha en 1995).
La Puerta de Hierro (1753) nunca fue puerta
de Madrid, sino del coto de caza Real de El Pardo.
Nº 1 de la
Ribera de Curtidores
Venta de muebles
en la acera de El
Rastro
¿De dónde
proviene el nombre del Rastro?
Muchas ciudades españolas tienen un
mercado semanal. En Madrid es el domingo y se hace en el Rastro (así, con mayúscula), en
muchas calles cercanas a la Ribera de Curtidores y de la estatua de Cascorro.
Su mayor parte es un mercado de segunda
mano. A mediados del siglo XVI hubo un matadero en el llamado Cerrillo del Rastro, porque
el reguero o rastro de sangre de las reses matadas de madrugada bajaba por la Ribera de
Curtidores (también había tenerías donde se trabajaban las pieles).
A finales del siglo XVII se comenzaron a
vender por la calle los curtidos (principalmente aperos para el ganado), y luego la venta
se fue extendiendo a otros productos (siglo XVIII).
Desde el siglo XIX el Rastro se ha dedicado,
mayoritariamente, a la compraventa de cosas viejas, usadas y antiguas.
Ermita del
santo
Altar florido
con el santo casamentero
¿Por qué San
Antonio es el santo casamentero y qué significan los alfileres?
En la primitiva ermita de S. Antonio de la
Florida estaba el "santo casamentero", en cuya fiesta (13 de junio) las mozas se
acercan a pedirle un marido.
Esta costumbre la inician las modistillas
que acuden a la verbena del Santo. Cuando iban llegando echaban sus alfileres en la pila
bautismal.
Luego, cuando se acercaba alguna moza y
hacía su petición al santo, metía su mano con fuerza en la pila; y se dice que tendría
tantos novios como alfileres sacase prendidos en su mano.
Para esa ermita Goya pintó sus famosos
frescos en 1798, y luego, en 1928, para el culto se construyó al lado una ermita gemela,
a la que siguen acudiendo las mozas en el día del patrón.
Las pinturas han sido restauradas hace
pocos años.
El estanque del
Retiro, ante el monumento a Alfonso XII
¿Por qué el
nombre de Parque del Retiro?
En ese lugar el rey Carlos I mandó
construir unos aposentos adosados a la Iglesia de los Jerónimos. Se llamó Cuarto Real, y
el rey se retiraba allí en épocas de luto, cuaresma o penitencia (y en
ocasiones se recibía a personalidades que llegaban a la Corte).
En el reinado de Felipe IV, el conde duque
de Olivares regaló al rey una quinta cercana a ese lugar; entonces se compraron los
terrenos circundantes y se construyó el Palacio del Buen Retiro (villa suburbana de
descanso), que pasó al municipio en 1868.
La torre de la
playa del Manzanares
El río
Manzanares
¿Por qué hay
una Carretera de la Playa donde no hay playa?
Hoy es la avenida del Cardenal Herrera
Oria, pero entonces esa carretera salía del pueblo de Fuencarral y llegaba a las orillas
del Manzanares, donde, en 1932, se inauguró una presa y una playa, junto a la
desembocadura del arroyo del Fresno.
Esta playa artificial tenía 30.000 metros
cuadrados, en los que el madrileño podía bañarse y disfrutar de restaurante, frontón,
etc.
Con el tiempo
se cerró, debido a la contaminación del río, y el embalse se usó durante
algún tiempo para recreo con paseos en barca.
Actualmente es un complejo deportivo, y en
el río se han plantado muchos chopos.
El caudal de este aprendiz de
río (caudaloso en sus orígenes) es pequeño en este tramo, debido a la represa de dos
embalses (Pardo y Santillana) que hay aguas arriba.
Puerta lateral
de uno de los muchos centros de El Corte Inglés, en Madrid (Centro Comercial La Vaguada o
Madrid 2)
¿Por qué el
nombre de El Corte Inglés?
La actividad comercial se inicia en 1890 en
la calle de Rompelanzas (hoy Preciados) como tienda de sastrería de ropa de niños. Allí
se "cortaban" las telas para hacer la confección.
El dueño, Juan Gordo de Centenera, se la
vendió a Ramón Areces por 150.000 pesetas; Areces, que había sido emigrante en Cuba,
tomó la idea de un gran almacén cubano (El Encanto), donde había sido aprendiz.
Nace con siete empleados y hoy, con más
cien mil, tiene sucursales en muchas ciudades españolas y algunas en el extranjero, como
en Portugal (en Lisboa y en Oporto). Actualmente es un conjunto de empresas diversas.
Vista desde los
jardines del Templo de Debod
¿Por qué el
nombre de la Casa de Campo?
Con sus 17 Km. cuadrados es el pulmón de
Madrid. En el siglo XVI era propiedad de la familia Vargas. Se la compró Felipe II (1562)
para hacerse un palacete de recreo o casa de campo (y de ahí su nombre).
En 1746 Fernando VI lo convierte en Real
Sitio y se une al de El Pardo, con una tapia que lo rodeaba para evitar la entrada de
cazadores furtivos. Fue el cazadero más grande de Europa y Sabatini reconstruye la tapia
(en el siglo XVIII), de la que hoy quedan algunos tramos, en la zona colindante con
Húmera y Aravaca.
En 1931 pasa al municipio como parque
público. Dentro del recinto se han construido el Zoo y el Parque de atracciones de
Madrid, así como un embalse con barcas de recreo.
El palacete quedó en ruinas en la Guerra
Civil y se reconstruye en 1968; el escudo de los Vargas sigue en la fachada.
Templo de Debod
¿Por qué en
Madrid hay un templo egipcio?
Entre la Plaza de España y el paseo de
Rosales, sobre el solar del antiguo Cuartel de la Montaña, está el Templo de Debod, que
el faraón Azakheramón construyó junto al Nilo en siglo IV antes de Cristo, en honor al
dios Amón.
El templo estaba en ruinas, a 20 Km. al sur
de Asuán (aguas arriba en el Nilo), y sólo era visible en verano, cuando bajaba el nivel
de un embalse que construyeron los ingleses en 1913.
Al comenzar las obras de la nueva presa de
Asuán (1959), el presidente Nasser ofreció donar a quien lo solicitara los monumentos
que iban a quedar anegados por el embalse. También se dice que la donación fue una
respuesta a las ayudas recibidas desde España para construir la presa.
Casa de
Panadería (en el lado norte de la Plaza); al sur está la Casa de Carnicería.
¿Por qué hay
una Casa de Panadería y una Casa de Carnicería en la Plaza Mayor?
La Plaza antes no era rectangular, y estaba
fuera de la muralla (de ahí su primer nombre: del Arrabal), en pendiente hacia la calle
de Toledo.
Para evitar pagar aranceles e impuestos,
los productos que iban a entrar en Madrid se vendían aquí, fuera de la muralla. Felipe
II encarga en 1591 a Juan de Herrera un proyecto de una plaza grande, con la Casa de
Panadería (para contratar los precios, consumo y peso de los cereales, y tener un
depósito y administración del trigo y harina para la ciudad), mientras que la Casa de
Carnicería se destinó a la venta de carne.
En ambas casas, la parte superior se
destinaba a salones. En la de Panadería los reyes tenían su palco en los festejos.
En la Plaza se han celebrado
canonizaciones, corridas, torneos, autos de fe, mercados, ejecuciones, etc. Ha sufrido
tres grandes incendios (1631, 1672 y 1790).
La fisonomía actual es de Juan de
Villanueva (1854), y sus dimensiones son 129 x 94 m.
Están en la
bandera de Comunidad de Madrid
¿Por qué hay
siete estrellas en el escudo de la ciudad?
Recuerdan a las siete estrellas de la Osa
Menor (conocida como el Carro); también se quiere decir que Madrid estaba en la sierra
Carpetana (o Carpentum, que en latín quiere decir carro).
Mesonero Romanos (1861) dice lo siguiente
sobre la bandera de Madrid: Tomó las mismas estrellas que junto a la Ursa andan,
por razón de que como en tiempo de don Alonso VI viniendo a ganar este reino de Toledo,
el primer pueblo que ganaron fue Madrid, y para denotar que así como aquellas siete
estrellas que anda al rededor (sic) son indicio de la revolución y del gobierno de los
orbes celestiales, así Madrid como alcázar y casa real y primeramente ganado... tomó
las siete estrellas que en el cielo llamamos Carro.
Taberna
antigua del Madrid más castizo
Vaso
de vino con tapa de tortilla española
¿Por qué en
Madrid el aperitivo se acompaña de una "tapa?
Debe este nombre de tapa a la rebanada de
pan que comenzó a ponerse encima del vaso de vino para evitar que las moscas y mosquitos
cayesen en el interior.
Luego, encima del pan se puso una loncha de
chorizo, de queso, de jamón, etc., y así ese aditamento madrileño se populariza con el
nombre de tapa.
En las fotos anteriores se ve una taberna
de 1870, en la calle Mesón de Paredes 13, de un tabernero que fue también torero y
pintor (amigo de Zuloaga), y un vaso de vino con tapa de tortilla española, puesta encima
para la foto.
Localidad de
Cascorro, en la Provincia Camaguey, Cuba
Estatua en la
Plaza de Cascorro
¿Por qué se
llama Cascorro a Eloy Gonzalo?
Cascorro era el pueblo de Cuba (al este,
provincia de Camaguey) que en 1898 defendía el soldado español Eloy Gonzalo, poco antes
de la pérdida de las colonias del Caribe.
Se ató una cuerda al pecho (para que
pudiera ser arrastrado por sus compañeros si caía herido) y con una lata de gasolina
prendió fuego a las casas del pueblo para evitar que el enemigo se refugiase en ellas.
Cayó herido y pudo ser rescatado con la
ayuda de la cuerda, pero murió meses después a consecuencia de las heridas.
Para este héroe de Cascorro, Aniceto
Marinas (1901) hizo una estatua (con antorcha, lata de gasolina y cuerda), situada en la
Plaza de Cascorro, al inicio de la Ribera de Curtidores.
Eloy Gonzalo tiene también una calle con
su nombre, entre la Glorieta de Quevedo y la Plaza de Iglesia.
Estatuas
de la plaza de Oriente
¿Por qué hay
estatuas en la Plaza de Oriente?
La mayoría de ellas está en la Plaza de
Oriente. En el pie de la que está aquí encima, se lee: D. PELAYO REI DE ASTU. Mu. Aº DE 737.
Se realizaron a mediados del XVII para
coronar el Palacio Real.
Pero cuenta la leyenda que la reina Isabel
de Farnesio (mujer de Felipe V y madre de Carlos III), soñó una noche que, a causa de un
terremoto, le caía encima una de las estatuas.
Lo cierto es que su enorme peso
desaconsejó que se subieran a las cornisas del Palacio, y se repartieron por varios
puntos de Madrid y de España, principalmente en la Plaza de Oriente, al borde los paseos.
Cerámica
de San Isidro
¿Por qué San
Isidro es patrón de Madrid?
En esta cerámica, a la puerta de un
restaurante, se lee:
Santus
Isidorus, Hispan Agrícola Patron. Matriti miraculis clarus. Obiit anno 1170. Canonizat a Greg XV 1622.
Al fondo se ve un ángel con dos bueyes
arando.
Es el patrón de Madrid desde su
canonización, en 1622, en la Plaza Mayor. Pero también lo es de muchos otros pueblos de
España y de América, y del gremio de los agricultores.
Parece que nace en Madrid un 4 de abril de
1082, poco antes de la conquista por los cristianos; cuando los almorávides cercan Madrid
la familia se traslada a Torrelaguna, (al norte de Madrid), donde Isidro conoce a María y
se casan; él era labrador y pocero (muy hábil para encontrar manantiales subterráneos).
El noble Iván de Vargas se lo lleva como
labrador a una finca de Talamanca (algo más cerca de Madrid) y luego a otras en las
afueras de Madrid: una huerta donde hoy está el Paseo de la Virgen del Puerto y una
tierra de secano en lo que luego será la Pradera de San Isidro.
Uno de sus milagros más conocidos es el de
los ángeles que le ayudaban a arar mientras él rezaba.
Fachada este de la
Puerta de Alcalá
¿Por qué las
dos fachadas de la Puerta de Alcalá son distintas?
Se dice que el arquitecto Francisco
Sabatini presentó dos proyectos a Carlos III, y el rey, por despiste, eligió los dos. El
diplomático Sabatini, para no ofender al rey, ejecutó los dos, uno a cada lado de la
puerta.
Se construyó entre 1774 y 1778, y tiene 19,95
m. de altura.
Una diferencia notable entre ambas fachadas
es que la del este (en la foto anterior) tiene diez columnas, mientras que en la del oeste
(la que da a Cibeles) sólo hay dos columnas en el arco central y el resto son pilastras.
En la cornisa este hay cascos, banderas y escudos, en la del oeste hay unos niños con
armas.
El paseante curioso puede buscar más
diferencias en esta castiza Puerta de Alcalá (¡que las hay!).
Fachada nortede
la catedral de la Almudena , frente a un lateral del Palacio de Oriente
¿Por qué la
catedral de Madrid es muy moderna?
Hasta 1885 no había en Madrid una
diócesis propia (se dependía de Alcalá de Henares). En ese año una bula del Papa León
XII se la concede, y así termina con un triple problema de aquel momento:
1) Responder a la pretensión de la ciudad desde el siglo XVI de tener catedral (a lo que
se oponía el arzobispo de Toledo);
2) Qué hacer con el hueco del derribo en 1869 de la parroquia de Santa María (cruce de
las calles Mayor y Bailén) y,
3) Poder construir una catedral donde enterrar a la reina Mercedes, esposa de Alfonso XII,
porque había muerto sin sucesión y no podía ser enterrada en el Panteón de Reyes de El
Escorial.
El proyecto inicial es del Marqués de
Cubas (1883), que muere antes de terminar la cripta; hay varias interrupciones (entre
ellas la de la Guerra Civil de 1936) y la obra se termina entre 1950 y 1992; en este año
la bendice el Papa Juan Pablo II.