Índice de los documentos recogidos en esta página:

(Este mensaje está reproducido, haciendo el ejercicio de "cortar y pegar" desde la ventana de mi "buzón". Simplemente hemos pretendido respetar al máximo el formato de correo electrónico, con su informalidad habitual. Julio Gutiérrez)

Asunto: LOS BUENOS RESULTADOS DE LA "HUELGA DE CELO"

Fecha: Tue, 29 Feb 2000 14:59:01 +0100
De: Vicerrectorado de Asuntos Económicos y Estudiantes^{Nota de VA} <vicerr.aaee@uah.es>

A: Rectorado de la UAH <rectorado@uah.es>,
"Delegacion de Alumnos E.M.C.G" <alum.emguadalajara@uah.es>,
Delegacion de Alumnos Filosofia y Letras <alum.fyletras@uah.es>,
Consejo de Estudiantes consejo.estudiantes@uah.es

MENSAJE PARA EL PERSONAL DOCENTE

Tras varios meses de huelga triunfal, a tenor de los mensajes que
puntualmente dan noticias y muchos ánimos a los huelgistas anónimos, es
difícil saber si alguién ha ganado o va a ganar algo con todo este
invento. Lo que si puedo afirmar, sin lugar a equivocarme, es que varios
miles de alumnos alcalainos están perdiendo una oportunidad preciosa
para aprender, que es el único servicio público que como contribuyentes
exigen a la Universidad.

Algunos (¡qué pretenciosos!) se enfadan, porque no entienden que unos
profesores, que ya tienen un título profesional y un trabajo, incluso un
puesto como funcionarios, les nieguen la posibilidad de llegar a tener
los conocimientos que necesitan para poder acceder a un empleo digno en
el futuro.

Cuando recibo testimonios como los que adjunto, de un estudiante que
duda seriamente si tendrá el suficiente nivel para enfrentarse a su reto
laboral (DOCUMENTO 1) o de otro que, harto de sufrir actitudes que no
entiende, pide la anulación de la matrícula (DOCUMENTO 2), pienso que la
Universidad de Alcalá está perdiendo buena parte de su razón de ser como
institución docente.

José A. GONZALO ANGULO
VICERRECTOR DE ASUNTOS ECONÓMICOS Y ESTUDIANTES

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DOCUMENTO 1

 Escribo a este periódico para denunciar una situación lamentable que estamos viviendo desde hace ya varios meses en nuestra Facultad. El caso es que, como muy pocos saben, los profesores han declarado una huelga de celo que consiste básicamente en perder tiempo pasando lista al principio de la clase (hacen incluso que la asistencia cuente para nota) y explicar más despacio de lo normal. Con esto se produce un considerable retraso en el temario; cosa que no importa demasiado a los alumnos porque lo que no se llega a dar no entra en el examen.

El resultado que se prevé es evidente: una huelga larguísima (en Canarias duró tres años), ya que, al no suponer una molestia excesiva para nadie, esto es: los alumnos estudian menos y aprueban más, los profesores trabajan menos y cobran lo mismo, y a los cargos políticos tampoco les importa mientras no trascienda a la opinión pública. Lo que al final se conseguirá con esto es que salgan promociones enteras de ingenieros mal formados, y que el prestigio de la Universidad de Alcalá quede dañado para siempre.

Pero como también hay muchos estudiantes que reclaman su derecho a tener una buena formación, espero con esta carta conseguir llamar al menos la atención de todos los contribuyentes. Que deben saber que lo que aquí se está desperdiciando es una Facultad nueva, con las mejores instalaciones, con unos laboratorios muy bien equipados, con carísima tecnología, con mucho personal contratado, etcétera.

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DOCUMENTO 2

Instancia de un alumno de 4º de Ingeniería de Telecomunicación, de 21 de febrero (extractos)

Estimada Vicerrectora:

EXPONGO

Curso estudios de 4º de Ingeniería de Telecomunicación, he empezado este año tras acabar el pasado la Ingeniería Técnica de Telecomunicación. Ya el año pasado sufrí la llamada "huelga de celo" de los profesores de mi Escuela., lo que me impidió presentar mi proyecto fin de carrera… (a tiempo). Al comenzar este curso supuse que la huelga finalizaría en breve y las clases volverían a tomar su curso normal, pero tras terminar el primer cuatrimestre he comprobado que todo sigue igual. He aguantado durante un cuatrimestre…, mientras un grupo de profesores, casi la mayoría, se dedicaba a secundar una huelga en la que los únicos afectados éramos los estudiantes. No vaya a creer que estoy en contra de las reivindicaciones… lo que no estoy de acuerdo es sufrir unas formas de reivindicación tan absurdas como no utilizar el proyector… pasar lista en clase, sacar alumnos a la pizarra… lo que empeora, todavía más, la calidad de la enseñanza.

POR ESTOS MOTIVOS SOLICITO

Que sea anulada mi matrícula de los estudios de Ingeniería de Telecomunicación

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CARTA ABIERTA AL VICERRECTOR ANGULO

Por José Morilla Critz. Catedrático de Historia e Instituciones Económicas. Universidad de Alcalá

Leo con detenimiento las cartas que dos estudiantes de Ingeniería en Telecomunicaciones han enviado, una a EL PAIS y otra a la Vicerrectora de Ordenación Académica y que nos son adjuntadas a toda la comunidad universitaria con una declaración de otro Vicerrector (el Dr. Gonzalo Angulo).

Como científico social, catedrático de esta Universidad, y como ciudadano español pagador de impuestos, ante las razonables cartas de los estudiantes,
simplemente he de decir que la vida actual comporta unos riesgos que menospreciamos (con toda lógica) cuando nos toca beneficiarnos del sistema y rechazamos cuando nos hacen pagar el precio de su complejidad. Ese sistema, sin embargo, nos permite vivir, todo en conjunto, civilizadamente. La aceptación de esa complejidad es la que era de esperar en el análisis de un científico social que también es el Dr. Angulo y que, para más gravedad es, además, una autoridad académica de la que se espera esté a salvo de la tentación de simplificaciones panfletarias.

Los profesores universitarios, dedicamos horas de clase, enormes cantidades de saliva, noches de lectura, días de comprometidas y entusiasmadas conversaciones con colegas de todo el mundo, intentando desentrañar para nosotros mismos y, sobre todo para nuestros alumnos (sobre todo los más jóvenes) la complejidad de la realidad y solemos disfrutar, como característica de nuestra profesión, del rechazo de la simpleza con la que suelen presentar los problemas otros profesionales, que no tienen un compromiso tan firme como nosotros con la búsqueda de la verdad. Por ello siempre ha habido y hay una tensión, nunca bien resuelta entre intelectuales (a los que pertenecemos los profesores) y políticos y activistas sociales.

Por ello siento vergüenza, como intelectual y profesor de esta Universidad, por la simplificación oportunista del panfleto con el que mi colega Gonzalo Angulo presenta las citadas cartas, que, en la justificada protesta que presentan, deben ser objeto de análisis y preocupación, pero no oportunista utilización contra unos profesionales que están en huelga porque llevan mucho tiempo frustrados ante el desdén con el que sus reivindicaciones (que nadie ha juzgado hasta ahora injustificadas) han sido recibidas por los responsables políticos y académicos de la Universidad y la Comunidad Autónoma.

¿Qué enseñanza les va a dar un científico social como el Dr. Angulo ahora a sus estudiantes?: ¿que todo enfrentamiento de intereses es pagado por alguien y que ese alguien siempre tiene el derecho de protestar ante el perjuicio recibido?; para eso no hubiera hecho falta que nos hubieran pagado
nuestras carreras los ciudadanos a los que no podemos ni debemos devolver simples lugares comunes en nuestros razonamientos.

Angulo, como yo, pertenece a una generación que perdimos horas, semanas,
meses... de clases por el mal funcionamiento de un sistema que no era capaz de satisfacer a unas cohortes de jóvenes profesores que estaban envilecidamente pagados y desprovistos de medios a pesar de ser, en conjunto y técnicamente, mejores que los de generaciones anteriores. De ese conflicto surgió, entre otras cosas, un sistema algo mejor que ha dado buenos resultados durante unas décadas, pero que hoy día ha acumulado tantas disfunciones que no hará sino deteriorarse cada día más, a menos que
aquellos que tienen alguna responsabilidad de ajustarlo en algún grado (como los Rectores y Vicerrectores) se tomen en serio su tarea. Hay muchas cosas que se pueden hacer para evitar ese deterioro dentro de la propia Universidad y, también, muchas que se podrían hacer desde el Rectorado para compensar a los estudiantes por los lamentables efectos sobre ellos de un conflicto que no se va a arreglar con arengas piadosas o interesadas. En esas acciones es en las que querríamos ver ocupado a un Vicerrector, científico social, como al Dr. Angulo, no en escribir panfletos que prendan la mecha de posturas simplificadoras, que sólo conseguirán endurecer las posiciones enfrentadas y, por tanto, empantanar los problemas. Una autoridad académica no está para esas simplificaciones.

Si nuestras autoridades académicas no tienen ideas, porque el adocenamiento de tantos años de gestión les ha privado de ellas ¿por qué no llevan el problema a un debate en el Claustro, por ejemplo?, ¿o propician uno a través de Internet?, o, ¿ por qué no hacen un "libro blanco" sobre la situación del profesorado en esta Universidad? De Uds. señores del equipo rectoral es la responsabilidad de hacer "algo aunque sea mal", como decía el Conde Duque de Olivares; en fin... hay muchas cosas por hacer que permitirían ganar la confianza de la comunidad universitaria para una acción
de regeneración de las condiciones docentes de nuestra Universidad. Y la confianza sería la base, como siempre ocurre en cualquier colectividad, del pacto por la cooperación civilizada en la todos cumplen con su deber, si no satisfechos del todo, si al menos con esperanza.

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Nota de Vivat Academia: Les garantizo que este mensaje, dirigido a las delegaciones de estudiantes que figuran en el campo de direcciones, me llegó a mí personalmente (Julio Gutiérrez).

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