Nota de Vivat Academia, al final del escrito. La razón y el insulto son incompatibles. La fuerza de la razón expulsa al insulto. El uso del insulto, su mera presencia, ahuyenta a la razón. El ejercicio de la razón puede llevar al aplauso. Se puede ejercer el aplauso en la Universidad a fin de apoyar la ejecución de un programa de gobierno planteado por un Rector y su equipo rectoral que han obtenido legítimamente el apoyo del Claustro. Este apoyo se puede expresar desde el mismo momento de la elección y es perfectamente aceptable el actuar conjuntamente para mejor arropar al Rector en la consecución de los objetivos planteados en su programa. El único límite que la razón sugiere al aplauso es el de procurar no provocar el sonrojo ajeno a causa de un exceso de auto-complacencia o de servilismo. Ejerciendo la razón se alcanza igualmente la crítica. La crítica puede venir motivada por el intento de conseguir que un modelo de Universidad, que quedó en minoría en su día, pueda ser mañana la opción vencedora. La crítica puede ser tan acerba como se quiera; como el aplauso puede plantearse desde un principio y puede intentar reunir en torno a ella un grupo que la sustente. La razón impone aquí el límite que señala el respeto, y por otro lado aconseja que se ejerza constructivamente si es que se quiere convencer en el futuro a la mayoría. La expresión de la razón, tanto en aplauso como en crítica, admite muchas vías. Una de ellas es el uso del humor. Creo que el mejor sentido del humor es el de aquel que es capaz de reírse de sí mismo. Esta virtud prepara sin duda un buen ambiente y puede ser de gran ayuda si se pretende realizar un examen de conciencia. Si se elige el humor para realizar la crítica ha de irse con cuidado. Es obviamente necesario en este caso deformar de algún modo la realidad y resaltar los aspectos cómicos de la situación, lo que puede molestar. Hasta aquí ningún problema. También la verdad presentada como crítica puede molestar, e incluso puede resultar molesto quien empalagosamente se excede en el aplauso, si bien esto acontece las menos de las veces. Nunca se debe sobrepasar la indefinida frontera que separa la caricatura de los terrenos del desprecio y el insulto. Considero que en el número cero de esta revista Vivat Academia, se ha transitado por esa zona prohibida en tres de los trabajos publicados. En un llamado ¨diccionario¨ respecto del Rector, en un chiste respecto a la Gerente y en la narración de un sueño en relación al Presidente del Consejo de Estudiantes. Todos los actos que en el ejercicio de sus funciones puedan realizar estas personas, como cualquiera otra de la comunidad universitaria, son susceptibles de crítica y se pueden denunciar todo tipo de arbitrariedades que eventualmente hayan ocurrido, aportando razones y pruebas, pero siempre desde la barrera del respeto. Una publicación como esta, que pretende constituir un foro democrático de opinión en el ámbito universitario, no puede pasar la raya antes citada por tres razones fundamentales. En primer lugar porque los propios argumentos, adobados con el desprecio y el insulto, pierden fuerza y no son buenos para convencer más que a los ya convencidos. En segundo lugar porque se falta al respeto a las personas que es la raíz de todo sistema democrático. Por fin, porque se atenta contra la dignidad de la Institución Universitaria. La crítica debe cargarse de razón, estar plena de respeto y, por consiguiente, ayuna del desprecio y del insulto. En Alcalá de Henares, a 10 de diciembre de 1998. Fernando J. de Urries (Recibido el viernes 11 y publicado en nuestra revista el lunes 14) Nota de Vivat AcademiaEn primer lugar, agradecer de todo corazón la presente crítica, que será discutida convenientemente en la próxima reunión de la "GRUA el Quijote", el 16 de diciembre, a la que invitamos especialmente a D. Fernando J. de Urries. Sólo queremos hacer ahora cuatro consideraciones y una acción, no como contestación o matización a la crítica anterior -se trata de una crítica plena, razonada y correcta-, sino como punto de partida para que la misma revierta en una mejora de los contenidos y maneras de nuestra revista Vivat Academia:
Como acción a realizar:
En Alcalá de Henares, a 14 de diciembre de 1998. |
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